Cuando y porqué acudir al masajista

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Cuando y porqué acudir al masajista


El paciente potencial de un masajista es toda persona de cualquier edad y condición. Las técnicas se adaptan al paciente, no el paciente a las técnicas.

El campo de actuación del masajista se extiende desde los dedos de los pies hasta lo más alto de la cabeza. Allá donde exista un músculo, un ligamento, un tendón, … (no vamos a enumerar aquí todos los tejidos que constituyen el sistema tegumentario), allí, tiene competencias tu masajista. Desde una lesión deportiva hasta el tan temido dolor de espalda son los caballos de batalla cotidianos de un quiromasajista. En muchas ocasiones la dolencia que sufrimos no tiene un origen muy claro para nosotros, no distinguimos entre causa y efecto. Ese es el trabajo del terapeuta, hacer una valoración de la situación y actuar en consecuencia. En cualquier caso, las lesiones que afectan directamente a los huesos –fractura, fisuras, luxaciones, procesos reumatoides, etc.- deben ser tratadas con anterioridad en atención primaria y especializada, siendo el trabajo del masajista adaptar los tejidos blandos para la mejor evolución de la dolencia.

Es muy importante visitar a tu masajista cuando comiences a tener síntomas y/o signos de alguna dolencia. Una pregunta frecuente es ¿cuántos días debo esperar para hacerme un masaje? o ¿se puede ir al masajista el mismo día que me hago una lesión? Como en todas las disciplinas de la salud la atención inmediata suele acortar el periodo de convalecencia y coloca al terapeuta y al paciente en una mejor situación para acometer la dolencia. Las lesiones agudas requieren un adecuado estadiaje del tratamiento a las fases evolutivas de la lesión. Las dolencias crónicas obligan a dilucidar la fase en que se encuentra la patología y actuar de acuerdo a los resultados que queremos obtener, estableciendo una pauta temporal que a veces pasa por reagudizar la lesión original. Tanto en las lesiones agudas como en las crónicas es importante hacer un seguimiento del paciente y, si no existe mejoría, variar el tratamiento lo antes posible. Conocer la evolución exacta que tendrá una lesión es, muchas veces, como adivinar el futuro con una bola de cristal.

Por otro lado, no debemos olvidar que el dolor es una alarma que el cuerpo tiene para avisarse a sí mismo de dónde hay algo que no funciona bien. Conocer el porqué de ese dolor es lo que debe motivar nuestra visita al masajista. Así como también la corrección postural y la psicosomatización o tratamiento físico y emocional.


RECOMENDACIONES GENERALES.

Y como terapia preventiva y mantenimiento, pueden ser de utilidad algunas modificaciones de los hábitos de vida, siempre que sean asumibles por el paciente: sueño, alimentación, hábitos de consumo, ejercicio físico, actividad laboral, corrección postural...etc, de manera que éstos sean lo más regulares posible.


MONTSERRAT ARNAU.